• Recuerda cómo llegó el deporte a su vida, luego de una enfermedad que la ató a una silla de ruedas.

• Cuenta la manera en que ganó la medalla de oro en Lima 2019, sin que estuviera dentro de sus aspiraciones.

Zinacantepec, Estado de México, 15 de octubre de 2020.Sumida en una depresión por una enfermedad que limitaba sus capacidades físicas y por atravesar un divorcio, la ahora medallista parapanamericana, Claudia Pérez, inició la práctica de la actividad física como parte de una terapia psicológica, hecho que cambió su vida y, en la actualidad, la llevó a clasificar a los Juegos Paralímpicos de Tokio.

“Parece un cuento de hadas, cuando inicié en el deporte adaptado, más o menos en el 2008 o 2009, estaba atravesando por una etapa muy complicada, entonces fui a una terapia con un psicólogo y me recomendó distraerme en algo, a mí me daba pena salir de mi casa porque en esa época estaba en silla de ruedas, llegué a pesar casi 150 kilos y para mí era horrible que la gente me viera”, declaró la tenismesista mexiquense.

La deportista explicó que padece fiebre reumatoide, lo que la llevó a la silla de ruedas y posteriormente al sobrepeso, pero ver sufrir a su hija, la animó para buscar en un psicólogo, quien le hizo entender que el cambio estaba en ella y justo en el deporte encontró ese espacio que catapultó su vida de manera positiva a partir de ese momento.

“Busqué el deporte adaptado, ver a mis compañeros que estaban peor que yo y verlos como eran independientes me ayudó mucho, porque cuando fui, yo tenía ocho años de usar la silla, más ‘chuequita’, más dependiente y hundiéndome más, en cuanto conocí el deporte adaptado me encantó”, comentó.

“Empecé a practicar basquetbol y danza en silla de ruedas, pero sobre todo me gustaba ir a reírme, el ambiente que se hacía, yo no sabía de competencias, de torneos, nada de eso, yo lo hice por distraerme porque estaba contenta y ver cómo mis brazos se hacían más fuertes, a aligerarme y a bajar de peso”, platicó la deportista.

Durante ese periodo Claudia fue sometida a una intervención en las rodillas, donde le colocaron prótesis para volver a caminar, lo que fue muy difícil, pero lo enfrentó con otra visión, siendo una persona más independiente.

En un día de fortuna para ella y el deporte adaptado nacional, colocaron una mesa en el gimnasio de Cuautitlán Izcalli donde entrenaba y un compañero le explicó los fundamentos básicos de esta disciplina, lo que la cautivó.

“Desde ahí me enamoré del tenis de mesa, ahí yo dije esto es lo mío, quiero aprender más, saber cómo se juega, ahí ya no entrené danza y me salí de basquetbol, ya no quise hacer eso y me metí de lleno, eso fue en el 2011 y un año lo jugué en silla de ruedas, todavía con Mari Paredes y Tere Arenales. Empecé a subir mi nivel y de repente me dicen que hay que reclasificarme para que jugara de pie”, detalló la tenismesista.

Conocer el deporte adaptado después de los 38 años de edad, no fue una limitante para Claudia, sobre todo porque ella no pensaba en el alto rendimiento, sino que fue una herramienta para mejorar su calidad de vida y los logros deportivos han llegado como una afortunada consecuencia secundaria.

“Si desde un inicio hubiera dicho voy a practicarlo para competir internacionalmente, tal vez me hubiera puesto la barrera de la edad, pero lo vi como rehabilitación, por salud, por eso mi prioridad es sentirme bien, estar bien y sé que eso trae cosas buenas”, consideró.

La deportista logró su primer objetivo, porque aunque la enfermedad continúa, ella tiene una gran mejoría y el dolor ahora es controlable, debido en gran parte al ejercicio que desarrolla día con día, que la mantiene más fuerte.

La atleta fue más allá y reveló que su enfermedad, que en un principio fue una tragedia, ahora la ve de manera distinta, ya que fue el detonante para que sucediera una completa revolución en su vida, mejorando su desarrollo como persona tanto en la salud como en la parte mental.

“Qué bueno que tengo la artritis porque si no, no hubiera conocido el deporte adaptado, no estaría en la selección jugando tenis de mesa, ahora si digo que es increíble que tenga 49 años y que me vaya a ir a unos Juegos Paralímpicos y eso no lo puedo creer, entonces ojalá eso sirva de algo para que la gente se motive, lo difícil es iniciarlo”, declaró la atleta que ya tiene su calificación para los Juegos Paralímpicos de Tokio, al haber obtenido la medalla de oro en los pasados Juegos Parapanamericanos de Lima 2019.

“Yo pensaba que iba a ganar una medalla de bronce y me regresé con una de oro y con el pase a Tokio, toda mi concentración estaba por el tercer lugar; es más, las jugadoras de Canadá y Argentina ya me habían ganado, entonces yo pensaba en un tercer puesto siendo objetiva, no haciéndome menos, concertada y ubicada en mis condiciones y capacidades. Para mí, ir allá ya era algo bueno”, expresó.

La atleta ha replanteado sus objetivos, ahora tiene nuevas metas y entrena con miras a su primera participación en una magna justa. “Estaba concentrada en jugar bien, en hacer cada punto, en hacer lo mejor que se pueda y en la suma de esto se dieron las cosas, gané y en ese momento yo no me lo creía, fue algo maravilloso y fue hasta que Milton, entrenador nacional, me dijo ‘nos vamos a Tokio’, hasta ese momento me lo creí”.